
El municipio de Cabezón de Liébana se encuentra, como su nombre indica, en la comarca de Liébana, y pertenece al partido judicial de San Vicente de la Barquera. Linda al norte con Cillorigo y Lamasón, al sur con Pesaguero, al este con Polaciones y al oeste con Potes y Vega de Liébana. El ayuntamiento se constituyó en 1822 (una vez que se escindió en dos el antiguo valle de Valdeprado), aunque con el nombre de Perrozo. Ya en 1835 se denominó Cabezón de Liébana.
Situado en la parte oriental de Cantabria, tiene una extensión de 81,3 km2 y está formado por doce pueblos: Aniezo, Buyezo, Cabezón de Liébana, Cahecho, Cambarco, Frama, Lamedo, Luriezo, Perrozo, Piasca, San Andrés y Torices. La capitalidad recae en Cabezón, que se encuentra a 122 km de Santander.
La población con la que cuenta el municipio supera ligeramente los 700 habitantes. La ganadería y la agricultura han sido la base sobre la que se sustentaba su economía, si bien desde hace un tiempo ha cambiado: ahora el turismo es la principal fuente de ingresos de sus habitantes, aunque las labores de campo persisten, pero básicamente para consumo propio.
La riqueza de Cabezón de Liébana es indiscutible en todos sus terrenos: paisajístico, artístico, gastronómico... El microclima que tiene hace posible la diversidad de su flora y de su fauna. Además, en este municipio se encuentra una de las obras cumbre del románico en Cantabria: la iglesia de Santa María de Piasca.
LIÉBANA
El valle de Liébana está situado en Cantabria delimitado por la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa, con parte de su territorio en la Reserva Nacional del Saja y en el Parque Nacional de los Picos de Europa. En la articulación de estos dos altísimos macizos se ubica el bello valle de Liébana, que en el fondo se mueve entre los 100 metros de altura sobre el nivel del mar de la Hermida y los 300 de Potes, su capital.
La salida natural del valle es el desfiladero de La Hermida, una impresionante garganta de 20 kilómetros que ha ido excavando en las rocas calizas de los Picos de Europa el río Deva, que desemboca en el mar Cantábrico por la localidad de Unquera. Los otros accesos del Valle de Liébana son el Puerto de San Glorio, que une Cantabria y León y el Puerto de Piedras Luengas, que une Cantabria y Palencia. Por su situación, rodeada por altas montañas en todo su perímetro, la zona está favorecida por un microclima benévolo y un gran valor paisajístico.
Liébana es un lugar tradicional para el turismo rural, siendo uno de sus atractivos importantes el carácter auténtico que han sabido conservar sus núcleos de población rural, en los que el estilo arquitectónico popular es muy definido, marcado por el importante papel estructural y ornamental de la madera de roble. Liébana está dividida en varios valles, concretamente los de Camaleño, Vega de Liébana, Pesaguero y Cillorigo. Queda otro municipio en Liébana, Tresviso, situado fuera del valle, en plenos Picos de Europa y lugar donde se elabora el afamado queso de Tresviso.
Geografía y Naturaleza
La comarca de Liébana, parte importante del Parque De los Picos de Europa, es un territorio perfectamente definido de montaña -incluso de alta montaña en algunas zonas-, que es atravesado por el río Deva y sus dos principales afluentes: el Quiviesa y el Buyón. Es un territorio cerrado al que desde el norte sólo se puede acceder por el Desfiladero de La Hermida, carretera que discurre paralela al río Deva y entre escarpadas murallas de roca caliza, casi verticales, algunas con más de 600 metros de altura.
Liébana se caracteriza por tener una variedad climática sorprendente, donde se alterna un microclima propiamente mediterráneo con los rigores de la meteorología alpina en las zonas más elevadas. Es una reserva natural donde aún perviven especies arbóreas autóctonas: encinas, alcornoques, robles y hayas, en bellos bosques, y en el que sobreviven especies protegidas como el oso, el corzo o el urogallo.
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